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Mostrando entradas de enero, 2014

#POSTUREOSREALES.

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   Queridos Reyes Magos,    Antes de nada saludaros, esperando que el viaje de regreso tras la campaña navideña no haya resultado largo ni penoso. Espero que no os toméis a mal lo que os escribo en estas líneas, pero después de cuarenta y tantos años es la primera vez que lo hago, así es que no creo que os vaya a molestar demasiado. Aunque os advierto que estoy un pelín hasta el moño.    La verdad es que este año no os escribí porque tenía pocas esperanzas de que me pudiérais traer nada de nada. En primer lugar, me encontraba ante la duda de enviaros la carta a vosotros o al gordo de las barbas y el traje rojo. Además, es que sinceramente, del gordo de las barbas no me fío nada. Sólo con saber que también tiene reparto en la eurozona y en casa de la #culorrotoMerkel, me da mucha grima.      Bueno, espero que al recibo de ésta os encontréis bien. Y sobre todo, espero que hayáis seguido siendo tres. Que vaya usted a saber si os hubieran metido un ERE y alguno, -o los tres-,

EL REGRESO

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      Contemplo la luna. Hoy sí, porque no hay nubes en el cielo; sólo en el corazón y nublados en el alma. Me mira sin burla, resignada como queriendo acompañar esta madrugada. Y se lo agradezco. No hay reproches, no hay un "ya te lo advertí". Y eso se agradece cuando regresas con el alma desgarrada a jirones, fatigada no por la conquista sino por la derrota y la añoranza de lo perdido. Y la lucha es más encarnizada cunado no hay enemigo al que enfrentarse, cuando la lucha es en silencio, sin testigos, en soledad. No hay consuelo entonces. Sólo la luna y la madrugada que te acogen de nuevo y te arropan para llevarte de regreso a casa.    Eso no cura el dolor pero lo mitiga, ofreciéndote un lugar donde aprender de nuevo a vivir con él. Porque el dolor no se supera, ni se olvida. Se instala en el corazón a empujones buscando un asiento donde dejarse caer y continuar el trayecto. Un trayecto con billete de ida pero sin vuelta. Es un pasajero molesto, dañino y peligroso, pero