LAS CONCHAS
Acumular, atesorar. Nuestro objetivo en la vida. Nos pasamos nuestra existencia recopilando todo aquello que se nos pone por delante. Pensaba esto en mis vacaciones, mientras paseaba por la orilla buscando conchas. Cada año las recojo y las llevo de vuelta a mi casa para depositarlas en un jarrón con agua. Creo que algún día las conchas, con el agua y el jarrón incluidos, terminaran por ahogarme en Madrid. En realidad, no sirven para nada, pero ahí están. Compramos ropa y seguimos guardando la antigua (por si se pone de moda otra vez); hacemos compra para llenar la despensa, por si acaso. Y ahora, con las nuevas tecnologías, registramos cada momento de nuestra vida con la cámara del móvil, estamos siempre localizados con el GPS del ídem, avisamos de un retortijón en nuestro twitter y no usamos el teléfono fijo para felicitar un cumpleaños o la Navidad porque lo hacemos por Skype, que es más barato y nos vemos las caras. Bueno, y de enviar una postal cuando viajamos, un c